¿Puede ser real el cuento de la niña pobre que llegó a ser reina?

TRIVIA
Por disposición testamental, todos los derechos de sus obras que se publiquen en América del sur son para los niños de Monte Grande.

En 1945, Gabriela Mistral recibió el Premio Nobel de Literatura, primera persona de letras hispanoamericana en alcanzar ese honor.

Por encima de las cordilleras de los Andes y cruzando la inmensidad del océano Atlántico, la pequeña maestra rural chilena, llegó a Suecia como reina espiritual de Latinoamérica. Así la definieron en la entrega de la famosa presea.

LOS BLANCOS
Existe la versión de que Gabriela Mistral adoptó su seudónimo en homenaje al escritor italiano Gabriel D’Annunzio y al poeta francés Frederic Mistral.

Todo se inició 56 años antes el 7 de abril de 1889 en Vicuña, Chile, con el nacimiento de una hermosa criatura a quien sus padres, don Jerónimo Godoy y doña Petronila Alcayaga, le pusieron por nombre, Lucila.

La infancia de Lucila Godoy Alcayaga transcurrió en las desoladas regiones del norte de Chile, abandonada por su padre e incomprendida por su mentores.

En 1905, antes de cumplir los 16 años, obtiene su primer trabajo pedagógico en la escuela primaria de La Compañía, aldea vecina a Vicuña.

“Y ya después no tuve tiempo de volver a enamorarme.

Así inicia su brillante carrera pedagógica a través de muchas escuelas y poblaciones chilenas hasta llegar a México en 1922, donde con el apoyo del Ministro de Educación, José Vasconcelos, inventó el método, aún en práctica, de enseñanza de las primeras letras para campesinos y comunidades marginales, y participó en la organización de bibliotecas ambulantes.

Tan importante fue su participación en la reforma educativa de México, que el día de su despedida cuatro mil niños de las escuelas cantaron sus rondas en el Castillo de Chapultepec.

Pero ya para entonces muchas cosas habían sucedido en la vida de la poetisa de América.

A los 17 años se enamoró perdidamente de un joven ferrocarrilero en La Serena. Por causas aún hoy desconocidas, este joven se quitó la vida marcando a fuego el corazón de Lucila. Esta tragedia pueblerina pierde su carácter privado y trasciende a la literatura universal, cuando el espíritu atormentado de Lucila Godoy libera la pasión de Gabriela Mistral, su seudónimo literario, que en 1914 gana los Juegos Florales de Santiago con los “Sonetos de la Muerte”, publicados en su primer libro “Desolación” hasta 1922.

SUS OBRAS
Sobresalen las siguientes: Sonetos de la muerte (1922), Lecturas para mujeres (1923), Ternura (1924), Nubes blancas (1930), La oración de la maestra (1930), Tala (1939), La voz del Elqui y Lagar (1954), Poema de Chile (1967).

Tras publicar “Ternura” en 1924, inicia una brillante carrera diplomática representando a Chile en diversos países y organismos internacionales, incluyendo la Liga de las Naciones.

Así transcurren 30 años de vida por el mundo, poesía, diplomacia, algo de pedagogía y muchos homenajes. Finalmente arriba 1945 con el Premio Nobel donde concluye el largo peregrinar desde el pupitre de una escuela rural hasta el trono de la poesía universal.

Después siguieron más encomiendas diplomáticas, poesía, premios, homenajes, el Premio Nacional de Literatura en Chile y una larga enfermedad que culmina con su muerte en Nueva York el 10 de enero de 1957.

Sus constantes en la poesía fueron la maternidad, el amor, la comunión entre hombre y naturaleza, la muerte como destino, un profundo sentimiento religioso y una gran solidaridad humana.

Gabriela Mistral , ejemplo de lo máximo del espíritu latino.

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